Una tarde soleada, Ellie empacó una pequeña mochilita con un cuaderno, un lápiz y una manzana. Le dijo a su mamá que se iba a "descubrir algo asombroso", como siempre hacía. Su mamá sonrió y la despidió con la mano. A medida que Ellie se adentraba más en el bosque, la luz del sol se filtraba entre las hojas y los chirridos familiares de los pájaros llenaban el aire. Pero pronto, Ellie notó algo inusual un pequeño sendero que nunca había visto antes.
La curiosidad burbujeaba dentro de ella como el gas de un refresco. "He caminado por este bosque tantas veces. ¿Cómo pude haberme perdido esto?" se preguntó en voz alta. Sin dudar, Ellie pisó el sendero misterioso. En el momento en que lo hizo, el mundo a su alrededor pareció cambiar. El aire olía más dulce, la luz era más suave y el bosque parecía. vivo. Después de caminar durante lo que sintió como horas, Ellie se encontró con un magnífico árbol en el centro de un claro.
El corazón de Ellie latía con fuerza. "¿Un árbol de deseos? ¿Es esto real?" susurró. Extendió la mano para tocar el árbol, medio esperando que desapareciera como un espejismo. Pero era sólido y cálido bajo sus dedos. De repente, una profunda y amable voz resonó desde el árbol.
"Hola, Ellie," dijo.
"Así es, puedo," respondió el árbol. "He estado aquí durante siglos, concediendo un deseo a aquellos que me encuentran. Pero ten cuidado, niña, cada deseo viene con una lección. Elige sabiamente. "
La mente de Ellie corría. ¡Un deseo! Podía desear cualquier cosa. ¿Riquezas? ¿Fama? ¿Un suministro de chocolate para toda la vida? Pero luego pensó en su mejor amigo, Max.
El árbol se quedó en silencio por un momento, y luego su voz retumbó "Un deseo desinteresado. Muy bien. Tu deseo es concedido. Pero recuerda, Ellie, todos los regalos vienen con responsabilidad. " 🌟
Antes de que Ellie pudiera preguntar qué significaba eso, el árbol brilló intensamente y sintió una cálida brisa girar a su alrededor. Cuando la luz se desvaneció, estaba de regreso en su patio trasero.
Ellie sonrió, su corazón se llenó de alegría. Pero a medida que pasaban los días, empezaron a ocurrir cosas extrañas. Siempre que Ellie veía a alguien necesitado, sentía un abrumador deseo de ayudar.
Un día, Ellie vio a una anciana esforzándose por llevar sus compras. Sin pensarlo, corrió a ayudarla. La mujer sonrió y dijo "Gracias, querida. Has iluminado mi día. " Otra vez, Ellie notó un gatito callejero temblando bajo la lluvia. Lo llevó a casa, lo secó y le encontró una familia amorosa. Al principio, Ellie pensó que eran solo pequeños actos aleatorios de bondad. Pero luego se dio cuenta de algo increíble cada vez que ayudaba a alguien, su corazón se sentía más cálido, y el mundo parecía un poco más brillante.
Una tarde, Ellie regresó al bosque, con la esperanza de encontrar el Árbol de los Deseos nuevamente. Quería agradecerle por el regalo que le había dado. Para su sorpresa, el sendero dorado reapareció, y se encontró de pie frente al árbol reluciente. "Hola, Ellie," dijo el árbol. "¿Has aprendido la lección de tu deseo?"
"Sí," respondió Ellie. "Al principio, pensé que el deseo se trataba de ayudar a Max.
Con eso, el árbol brilló intensamente una última vez, y Ellie se encontró de regreso en el borde del bosque. Ella nunca volvió a ver el Árbol de los Deseos, pero su lección se quedó con ella para siempre.
Y así, la vida ordinaria de Ellie se volvió extraordinaria, no por un árbol mágico, sino por la magia que llevaba en su corazón. Y de alguna manera, esa magia creció en todos los que tocó. El Árbol de los Deseos siempre había tenido razón un deseo, una vida, una lección. Y qué maravillosa lección fue. 💖✨
Fin.
Un árbol mágico de deseos.
Concedía un deseo a quienes lo encontraban.
Que la familia de Max tuviera todo lo que necesitaban para ser felices.
Que cada deseo viene con una lección.
Su corazón se sintió cálido y el mundo parecía más brillante.
La bondad crece y puede hacer el mundo mejor.
Un club llamado La tripulación de la bondad.
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