Una noche, mientras la luna colgaba baja y llena como una linterna brillante, Clara sintió un extraño tirón. Una suave y melódica voz parecía flotar a través de su ventana abierta. No era un sonido que pudiera identificar era más bien una sensación, un zumbido que hacía cosquillas a su imaginación.
Incapaz de resistir, Clara salió de la cama, se envolvió en su manta favorita y caminó de puntillas hacia la puerta. Al salir, el mundo parecía diferente más suave, más soñador y lleno de posibilidades. El viento traía el tenue aroma de jasmine, y las estrellas sobre ella parpadeaban de manera traviesa. De repente, una pequeña luz centelleante apareció ante ella. Parecía una luciérnaga, pero pulsaba con un brillo azulado. Clara inclinó la cabeza.
La luz giró alegremente en el aire antes de avanzar. Clara, con el corazón latiendo de emoción, la siguió. Mientras caminaba, el suelo bajo sus pies se transformó. El camino de adoquines de su aldea se desvaneció, reemplazado por una alfombra de suave arena dorada. Miró a su alrededor con asombro. Ya no estaba en su pequeña aldea. Ante ella se extendía un vasto desierto, cuyas dunas brillaban suavemente bajo la luz de la luna.
"¿Dónde estoy?", preguntó Clara en voz alta. La luz brillante giró en respuesta y la llevó hacia una alta y ornamentada estructura que se elevaba de la arena una biblioteca tallada completamente en cristal. Sus paredes brillaban como diamantes, reflejando la luz de las estrellas. Al entrar, Clara vio estanterías que se extendían interminablemente hacia arriba, llenas de libros de todas las formas y tamaños. Un búho de aspecto sabio se posaba en un podio en el centro, con plumas tan blancas como la nieve. 📚🦉
"Bienvenida, Clara", dijo el búho, con una voz profunda y reconfortante. "Esta es la Biblioteca de los Viajantes, un lugar donde las historias cobran vida. Cada libro aquí contiene un mundo, y esta noche, visitarás algunos de ellos".
El búho batió sus alas y un libro flotó desde la estantería más alta. Su portada brillaba con una imagen de una exuberante selva tropical. "Toca la portada y deja que la aventura comience", instruyó el búho. Con los dedos temblorosos, Clara puso su mano en el libro. Instantáneamente, el aire a su alrededor cambió. Se encontró de pie en medio de una vibrante jungla. Los árboles altos se estiraban hacia los cielos, con hojas brillando de rocío.
Un curioso mono se balanceó desde una rama y le ofreció a Clara una fruta que parecía una estrella. "Prueba esto", dijo el mono. "Es la fruta del conocimiento". Clara dio un mordisco y de repente, su mente se llenó de hechos sobre la selva tropical los nombres de los animales, la importancia del ecosistema y cómo los árboles ayudaban al planeta a respirar. "Vaya", murmuró. "Esto es increíble".
Antes de que pudiera hacer más preguntas, la luz brillante de antes apareció nuevamente, girando a su alrededor.
Un grupo de cabras montesas con gruesos abrigos de lana se acercó a ella.
Una vez más, la luz brillante apareció, llevándola de regreso a la biblioteca. A lo largo de la noche, Clara visitó muchos más mundos.
Clara sintió un pinchazo de tristeza, pero también un cálido resplandor en su pecho. Había visto tanto, aprendido tanto, y ahora tenía la oportunidad de inspirar a otros.
Y así, Clara se convirtió en una narradora de historias, guiada por los susurros de la noche y la creencia de que cada historia tenía el poder de cambiar el mundo. Fin. 💫.
Le encantaba la noche porque se sentía mágica y llena de historias.
Una suave luz resplandeciente parecía invitarla.
La llevó a un desierto mágico y a una biblioteca de cristal.
Tenía libros que podían llevarte a otros mundos.
Aprendió sobre los animales y la importancia del ecosistema.
Conoció a cabras montesas amistosas que le enseñaron sobre glaciares.
Decidió escribir y compartir sus historias con otros.
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